Alicia González.
En la semana de la lucha contra la Violencia de Género, el deporte también se suma. Y es que la desigualdad existente entre la figura masculina y femenina no es una realidad que se mantiene al margen de las competiciones deportivas y sólo concurre en los ciudadanos de a pie: todo lo contrario.
Durante la Jornada del 25N han sido muchos los y las deportistas que se han unido para protestar contra esta situación. Sin embargo, los fundamentos para erradicar la violencia de género nacen en la educación por y para la igualdad. Pero resulta difícil cuando la situación de las deportistas de élite se encuentra en una desventaja frente a las facilidades que se les otorgan a ellos. Son muchos los titulares que figuran denunciando este problema, pero aún no parece existir una solución.
La visibilidad de la mujer deportista en los medios de comunicación deportistas es escasa o incluso nula. Comprobarlo es tan sencillo como acceder a los diarios deportivos líderes en nuestro país, como Marca, AS o Mundo Deportivo y observar sus portadas. En ninguna de ellas veremos figurar la imagen de una joven alzando el reconocimiento deportivo de su vida. Es más, incluso la mayoría de las veces la temática monótona del gran titular en portada está basada en fútbol, fútbol y más fútbol.

Imagen extraída de: http://kiosko.net/es/sport.html
Esta poca repercusión es la punta de un enorme iceberg que esconde otras cuestiones en su base inferior. Es una realidad que la situación de los contratos de fútbol profesional femenino nada tienen que ver con los contratos de jugadores profesionales masculinos. Esta desigualdad ha desencadenado una lucha histórica en la que ellas no cesan: las pasadas semanas comenzaba la huelga de fútbol femenino en España, y que por cuestiones de instituciones superiores sólo afectaría a los partidos domésticos. ¿Las razones? Muy evidentes: piden mejorar esa cláusula de parcialidad que tanto les separa de los sueldos en categoría masculina, y que les lleva a una precariedad laboral que en innumerables ocasiones no les permite dedicarse explícitamente al deporte.
También la aprobación de una cláusula de embarazo que les permita poder realizar su trabajo de forma dinámica y natural. Pero esta diferencia de oportunidades que parece ocupar el embarazo en el deporte no sólo se limita al fútbol. Son muchas las deportistas de élite que han mostrado su descontento con la marca deportiva Nike, tras numerosos problemas en sus contratos al quedarse embarazadas. Y es que han sido muchas las corredoras olímpicas y profesionales que han denunciado a través del diario neoyorkino New York Times la actitud de la empresa cuando ellas pedían su permiso de maternidad. Sus contratos con la marca eran automáticamente reducidos, y esto sólo puede definirse con un par de calificativos: injusticia y discriminación sexista.
El deporte, este 25 de noviembre también se ha unido en defensa de la causa. Miles de deportistas han expresado en redes sociales su apoyo a las víctimas.
Pero la erradicación de la violencia parte de la erradicación de la desigualdad, y en este caso, el deporte tiene mucho trabajo por delante.








